lunes, 19 de noviembre de 2012

EJEMPLOS DE VICTORIAS EN LA LUCHA



Muchos vuelven con su antigüedad y sus derechos laborales y sindicales. ¡Un ejemplo a seguir!
Hay que perder el miedo a ser despedidos, recuperar el valor y reorganizarnos para exigir nuestros derechos.

* Un Compañero llamado JUAN CÁMARA es reincorporado en Industria de Plásticos BELEN 10/OCT/12

Hace seis meses el compañero Juan Cámara fue despedido injusta e ilegalmente de la Industria de Plásticos Belén. La patronal lo despidió por apoyar la huelga y a los dirigentes que exigían el cumplimiento del laudo arbitral que establecía el derecho a categorización para todos los operadores en función al total ganado, bono escolar, bono de producción, etc. Tras seis meses de proceso ganó el amparo constitucional que establece su reincorporación. Por lo que la patronal se vio obligada a aceptarlo pagando los seis meses de sueldo por los meses que duró el proceso y garantizando su antigüedad y todos sus demás derechos, incluyendo el de hacer vida sindical.

(publicación de El boletín ESMERIL sujeto a nuestra critica)

Por la recuperación de nuestra masiva convocatoria, que se encuentra desaparecida pero la trayectoria es muy compleja ya que la lucha es desde el año 1900 el movimiento anarquista en Bolivia era netamente colectivista y hasta sindicalista había tenido empuñando la bandera Rojinegra.
"La anarquía es la única forma de socialización que corresponde a una sociedad emancipada, libre, consiente, instruida y justa." Anselmo Lorenzo (1841 - 1914)

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Los levantamientos de Europa y en África y Oriente Medio marcan una nueva etapa en la lucha internacional





Las huelgas y los levantamientos populares que recorren el norte de África y Oriente Medio en los últimos meses, así como la ofensiva militar del imperialismo contra Libia y Costa de Marfil son parte de
una nueva etapa de la lucha de clases, impulsados por la crisis económica, por el desempleo,
la carestía, la miseria, por las medidas gubernamentales contra la población.
El sacudimiento que arrancó por Túnez se extendió a Egipto, Libia, Siria, Yemen, Bahrein y la
rapidez con que se fue transformando la realidad y la radicalidad de los conflictos, han puesto a
prueba la calidad de los programas políticos.

Los levantamientos han chocado objetivamente con los regímenes autocráticos de la feudal burguesía que eran sostenidos por el imperialismo, trayendo a superficie las condiciones de opresión de los explotados. Esos regímenes son una traba objetiva para el desarrollo de las fuerzas productivas y para el progreso social. Aunque puedan aparecer a veces como disputas religiosas, tribales, sectarias, son expresiones de las contradicciones capitalistas, de la opresión llamado “interés nacional”.
El imperialismo actúa para impedir que los movimientos derriben los estados policiales, para preparar los recambios, e impedir que las masas avancen con sus reclamos de democracia política. El imperialismo ha sostenido esos regímenes por décadas.

El imperialismo agita las banderas supuestamente de “libertades democráticas”, pretende proteger a la población civil con represión violenta, para supuestos cambios en paz.
(este es un sistema de distracción claro que solo pretende convertirse en el árbitro para seleccionar a los próximos dictadores, para garantizar su control sobre los procesos).
Los estados siempre harán lo necesario para impedir que los movimientos críticos no sobrepasen los límites de las banderas liberales. Las aspiraciones democráticas y sociales de los explotados no podrán concretarse bajo ningún gobierno burgués.

En Libia, ante la guerra civil, con el levantamiento armado en Benghazi, el imperialismo decidió intervenir militarmente (combinada con la política de cooptación de una fracción del comité opositor) para impedir que sean las masas las que resuelvan armas en mano, transformando completamente la situación interna. Ahora la caída de Kadafi queda en manos de la intervención militar de Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Esta situación obliga al movimiento mundial a rechazar la intervención militar y a defender que la nación oprimida vuelque todas las armas para derrotar al imperialismo. Aquí ha quedado demostrado cuáles son los métodos de dominación sobre las naciones oprimidas recurriendo descaradamente al intervencionismo. La bandera central para unificar a todos los oprimidos en Libia es ¡Fuera el imperialismo! ¡Fuera la OTAN! ¡Autodeterminación nacional! Una vez que el imperialismo ha comenzado a atacar militarmente a Libia ya no cabe seguir planteando la bandera de ¡fuera Kadafi! tal como siguieron sosteniendo sectores de izquierda. Sólo las masas libias deben decidir el destino de Kadafi.

La bandera de la autodeterminación de las naciones tiene una importancia fundamental, para rechazar toda injerencia, toda intervención del imperialismo. El imperialismo ataca a Libia, a su pueblo, no solo a su gobierno, las armas que se destruyen son las de la nación oprimida.

Los levantamientos en Oriente Medio y el Norte de África han obligado al imperialismo a suspender por un tiempo los preparativos del ataque militar contra Irán, son demasiados los frentes que se han abierto, dando lugar a nuevas condiciones en el enfrentamiento entre los palestinos e Israel.

La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte ) y Francia se lanzaron a un ataque militar en Costa de Marfil contra una de las fracciones burguesas en disputa por el gobierno.
El creciente militarismo como lo habíamos dicho en anteriormente porque nos oponíamos al militarismo,  se confirma como expresión de la bancarrota generalizada del capitalismo, que se extiende cada vez más y de la que no puede desembarazarse, destruyendo masivamente las pequeñas granjas colectivas.

Hemos señalado con toda claridad que el problema de los problemas es la ausencia de dirección revolucionaria internacional y en cada uno de esos países, capaces de liderar los profundos movimientos hacia la victoria de los procesos revolucionarios, que sólo se podría materializar por la vía de la toma del poder por las masas oprimidas bajo la dirección política critica, como opción esta el movimiento anarquista  que  con otros colectivos se puede materializar las banderas de esos movimientos. Esta ausencia de dirección se aprecia dramáticamente en los movimientos de las masas árabes. Pero, a su vez, estos movimientos tan masivos y radicalizados, crean las mejores condiciones para que un sector de lo mejor de su vanguardia pueda reencontrarse con las tradiciones internacionalistas de los obreros.

La mejor forma de apoyar el movimiento revolucionario en los países árabes en lucha es organizar la lucha en nuestro país empuñando el programa de transición por desestabilizar a los estados capitalistas y construyendo la conciencia en los ciudadanos.

(Posición e información tomada en base a la Resolución Internacional del CERCI, pero puesto y sujeto a nuestra critica desde una perspectiva Anarquista Colectiva)